La intensidad de la música clásica es evocadora de sensaciones y memorias inéditas. Me conectan con múltiples escenas, entre ellas, la llegada de mis abuelos, mi tía y mi padre en el barco de inmigrantes desde Polonia. Son emociones sin tiempo. Desarraigo. Argentina que contiene, recibe y expulsa. Poderes sutiles. Música, danza y teatro. Instantes que dejan improntas. Sombras. Mi padre, su violín y su risa. Mi madre y su pasión: él. Y el arte, siempre. Huellas que se velan y vuelven en sueños.
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